La decisión

Nadya Suleman llegó a la conclusión de que su deseo por conformar una familia era considerablemente más grande que el de estar con su esposo, por lo que decidió terminar con su matrimonio en el año 2000. Ella estaba totalmente decidida a tener una familia, incluso si debía hacerlo por su cuenta. Continuó su investigación sobre la fecundación in vitro, aceptó todos los riesgos y se sometió al tratamiento. Por suerte para ella, tuvo éxito en el primer intento bajo los métodos de FIV, lo que finalmente la hacía estar embarazada.

